domingo, 22 de abril de 2007

1.1.-LOS AREVACOS.ANTIGUOS POBLADORESDE LAS TIERRAS DE MADERUELO. .-No interesa a este capítulo un estudio detallado anterior al siglo V antes de Cristo. Los datos son tan imprecisos y vagos en muchos de sus períodos que pocas deducciones podrían ser de interés. .-No obstante, conviene saber que en ésta época vivían en nuestro término los Arévacos, pueblo Celtíbero que construía sus poblados sobre cerros para organizar una fácil defensa, rodeados de uno, dos y hasta tres recintos amurallados. .Se sabe con certeza que los arevacos habitaron en los lugares de Osma (Uxama o Argaela, según el autor romano Ptolomeo) y Sepúlveda. .-Los Aravacos, Arevacos o Arévacos (que de todas estas formas se les ha llamado), llevaban un nombre que era claramente Celta. .Se dedicaban a la agricultura y pertenecían a la más poderosa de todas las tribus Celtíberas, extendiéndose sus poblados por casi toda la franja Sur del Duero mesetario. .Sus núcleos eran independientes entre ellos cuantas eran las diferentes comarcas en que la misma estructura geográfica les dividía. Eran pueblos todavía groseros y rústicos, regidos por distintos régulos o caudillos, sin unidad entre sí y casi sin comunicaciones. .-Los Arévacos cifraban su gloria en perecer en los combates y consideraban como afrentoso morir de enfermedad. .Parece ser que este pueblo no enterraba a sus muertos, sino que quemaba los cuerpos, ya que en sus lugares de asentamiento se han encontrado necrópolis de incineración; sin embargo, para los que perecían en combate no consideraban digno el quemar sus restos, los cuales hacían descansar en cuevas, en fosas primero y posteriormente en urnas. .-Adoraban a un dios sin nombre, al cual festejaban en las noches de plenilunios, bailando en familia a las puertas de sus casas. .También rendían culto a sus muertos y a un tal "Elman", o "Endovéllico", según atestiguan algunas inscripciones. .Tenían por costumbre dejar sus iconos, o imágenes de los dioses, en cuevas situadas en abruptos peñascales -a veces se trataba de las mismas grutas donde descansaban sus antepasados-, y solían acudir a ellas en grupo, en días señalados para la ocasión. .En estos lugares veneraban a sus divinidades y les solicitaban favores, dejándoles sus exvotos .-Su traje se componía de una ropilla negra u oscura, hecha de lana de sus ganados, a la que estaba unida una capucha o capuchón con la cual se cubrían la cabeza cuando no llevaban el casquete que estaba adornado con plumas o garzotas. .Al cuello solían rodearse un collar. .Una especie de pantalón ajustado completaba su sencillo uniforme. .-En las guerras usaban espadas de dos filos, venablos y lanzas con botes de hierro, que endurecían dejándolos enmohecer en la tierra. .Gastaban también un puñal rayado, y se alaba su habilidad en el arte de forjar las armas. .Se presentaban a batalla en campo raso: interpolaban la infantería con la caballería, la cual en los terrenos ásperos y escabrosos echaba pie a tierra y se batía con la misma ventaja que la tropa ligera de infantería. .El "cuneas", u orden de batalla triangular de los Arévacos, se hizo famoso entre los Celtíberos y temible entre los guerreros de la antigüedad. .Las mujeres se empleaban también en ejercicios varoniles y ayudaban a los hombres en la guerra. .Se veían precisados, para pelear, a dejar guardados sus cereales en silos o graneros subterráneos donde se conservaban bien los granos durante largo tiempo.-Sobre el año 200 antes de Cristo, el cartaginés Aníbal quiso mostrarse señor de Hispania antes de medir sus fuerzas con Roma, y a este fin, y al de ejercitar sus tropas e imponer obediencia y respeto entre los Celtíberos, llevó sus armas al interior de la Península. .Así se internó con dos expediciones consecutivas en tierra de los Arévacos, talando los campos y rindiendo su capital, Numancia

cuyos habitantes obligó a huir con sus mujeres e hijos a las vecinas sierras, de donde luego les permitió volver bajo palabra de que servirían a los cartagineses con lealtad. .Mas cuando cargado de despojos regresaba de estas expediciones a Cartagena (Cartago Nova), se atrevieron a acometerle a las orillas del Tajo los naturales de la meseta reunidos en bastante número, y aun le desordenaron la retaguardia y rescataron gran parte del botín. .Triunfo que los antiguos hispanos pagaron caro al siguiente día, en que Aníbal les hizo ver bien a su costa cuán superiores eran las tropas disciplinadas y aguerridas a una multitud falta de organización, por briosa que fuese, que por lo visto lo eran en verdad
FIN de la Página 1 del CAPÍTULO I. MADERUELO: Un Recuerdo. Jesús Hernando Bayo ©1996